El día de hoy te queremos contar la historia de Diana, quien está a favor de la adopción y es consciente del grave problema que se vive en México debido al maltrato animal. Su gran ejemplo al momento de adoptar perros tiene que ser conocido por todo el mundo y gracias a que nuestro equipo de PetLife se puso en contacto con ella a continuación te contamos su historia.
Diana es una de las personas que se suma a la conciencia social sobre la importancia que hay detrás de la adopción. De hecho, muchos expertos en materia de salubridad concuerdan que la mejor opción para reducir las heces en las calles de los lomitos es a través de la adopción porque así las personas buscan contribuir con la limpieza de los desechos de los lomitos.
Además, conforme más personas se sumen a la adopción de animalitos de la calle, sean perros o gatos, se contribuye a que la tendencia aumente y la conciencia tenga un mayor impacto. Lo más importante de este movimiento es que los lomitos o los mininos no estarán solos y que sus vidas no corren peligro al estar desprotegidos.
Conoce la historia de Diana y su adopción
El equipo de PetLife se encontró con Diana, una persona que es muy consciente de lo importante que es la adopción de los animales que se encuentran en la calle. Así que por esta misma razón decidió quedarse con dos lomitos, a quienes llamó Maya y Pingüica, y a las dos las rescató en la calla.

A Maya la rescató en Six Flax y la encontró muy desnutrida y con serios problemas de salud. Su pelaje ondulado creció tanto hasta el grado de que se formaron rastas y esto en un perro es peligroso porque facilita que los parásitos como las pulgas o las garrapatas aniden con más facilidad en su cuerpo.
La abuela de Diana terminó rescatando a Maya, la llevaron con un veterinario para que recibiera todos los tratamientos necesarios para su recuperación y lograron rehabilitarla. Después de estuvo mejor la pudieron esterilizar y ya cuenta con Diana siete años en total y Pingüica estaba abandonada en una casa cuando la encontraron.
A esta otra perrita no la sacaban ni la atendían, solamente la tenían en la azotea y Diana junto con su madre decidieron rescatarla de su antiguo hogar. Se acercaron a estas personas, hablaron con ellos y pudieron quedarse con la segunda perrita y ya tienen cinco años viviendo juntas; con el paso del tiempo ambas se han convertido en adoración.

Ella les da todos los cuidados que necesitan, comida seca y comida fresca bien preparada para que la puedan ingerir, procura que tengan un lugar adecuado para descansar, que salgan a caminar todos los días, que conozcan a otros perritos. Por lo tanto, es consciente que necesitan tiempo y dedicación.
Por último, considera que el problema de los animales de calle puede resolver si todos pudiéramos recurrir a la adopción y esterilizar a nuestras mascotas, porque no solo es un problema de salud para nosotros, sino para ellos mismos también. ¡Esta fue la historia de Diana! Y nos sentimos orgullos del trabajo social que hizo al adoptar a dos perros que vivían en situaciones diferentes de maltrato animal.