MASCOTAS
5 beneficios de darle patas de pollo a tus perros y gatos
Las patas de pollo se han vuelto el snack perfecto para perros y gatos que además de disfrutarlas, obtienen incontables beneficios a su salud.La alimentación de tus perros y gatos debe incluir productos que beneficien su salud y que además sean ricos para que éstos los consuman en su día a día; es por eso que las patas de pollo son sin duda una excelente opción.
Este alimento es seguro y saludable ya que tiene innumerables componentes que ayudan a que tu ‘michi’ o tu ‘lomito’ se mantenga en óptimas condiciones, pues entre otras cosas, favorecen su movilidad y mejoran el manejo de sus articulaciones.
Añadir patas de pollo a la alimentación de tus perros y gatos no sólo fortalecerá su organismo, sino también aportará a que tus mascotas tengan una dieta más variada que incluso cuida su higiene.
¿Cuáles son los beneficios de las patas de pollo en perros y gatos?
Ricas en sustancias favorables
Las patas de pollo son snacks naturales que además de que son seguros, también son bastantes saludables al ser ricos en glucosamina y condroitina, dos sustancias que favorecen la salud de las articulaciones, así como la movilidad de los ‘michis’ y ‘lomitos’.
Cepillos de dientes naturales
Dada la manera en que están compuestas, las patas de pollo pueden actuar como cepillos de dientes que eliminan de forma natural la placa y el sarro acumulado en los perros y gatos.
Económicas
Son una de las fuentes más baratas y prácticas para tratar padecimientos de artritis en perros y gatos ya que contienen efectos positivos de la suplementación oral de glucosamina.
Evitan enfermedades
Al agregarlas a la alimentación de tus mascotas se evita el mal aliento de los animales y además previenen enfermedades del corazón, hígado y riñón.
Son fáciles de digerir
Las patas de pollo están compuestas por piel, tejido blando y cartílago, de tal forma que son completamente digeribles y no alteran su metabolismo.
Es importante añadir que las patas de pollo deben congelarse al menos durante 72 horas antes de dárselas a tu perro o gato, y que éstas deben estar completamente deshidratadas y crudas.