El ladrido es el principal medio de comunicación que utilizan los perros, tanto para interactuar con otros animales como para dirigirse a los seres humanos. Esta forma de expresión varía según el estado emocional del canino, ya que el tono, la frecuencia y el volumen de los ladridos pueden transmitir diferentes mensajes. 

Así, los perros ladran por diversas razones, y es crucial observar su comportamiento y lenguaje corporal para entender lo que intentan comunicar. Cada ladrido puede tener una interpretación única; por ejemplo, un lomito puede realizar esta acción por miedo, frustración, deseo de jugar o incluso por hambre. Los especialistas señalan que la clave está en prestar atención a las variaciones en el ladrido y las señales físicas del canino para descifrar su mensaje. 

Esto resalta la importancia de una buena comunicación entre el peludo y su tutor. En este sentido, es interesante observar que algunos perros muestran preferencia al ladrar solo a ciertas personas. En las siguientes líneas, exploraremos las razones detrás de este comportamiento selectivo y lo que puede significar en su interacción social.

¿Por qué los perros solo le ladran a unas personas?

Los ladridos de los perros son una forma esencial de comunicación, tanto con humanos como con otros animales. Estos sonidos pueden variar en tono, frecuencia y volumen, dependiendo de la situación y del estado emocional del canino. A través de sus ladridos, los caninos pueden expresar una amplia gama de sentimientos, como felicidad, miedo, nerviosismo, alerta, frustración o aburrimiento.

Aunque a veces el motivo detrás de un ladrido es evidente, como en el caso de la presencia de extraños en su territorio, hay ocasiones en las que resulta complicado entender por qué ladran a ciertas personas y no a otras.

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Felipe Vázquez Montono, veterinario de Catdog, señala que al igual que los humanos, los perros desarrollan preferencias y aversiones hacia determinadas personas. Esta tendencia puede estar relacionada con su naturaleza territorial; cuando alguien invade su espacio seguro, pueden reaccionar ladrando. 

Además, diversos factores como la vestimenta de la persona, el tono de su voz, su olor o incluso su postura pueden influir en cómo un perro percibe a alguien. Las experiencias traumáticas pasadas también juegan un papel importante en estas reacciones.

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Los perros que no han estado suficientemente expuestos a diferentes personas y estímulos durante sus primeros años son más propensos a ladrar por miedo a lo desconocido. Aunque no hay una explicación única para cada caso de ladrido, reconocer estos factores puede ayudar a interpretar mejor el comportamiento del peludo. Esto es especialmente útil para manejar situaciones en las que un canino ladra sin un motivo aparente.

Por último, comprender el motivo detrás de los ladridos puede mejorar significativamente la relación entre el perro y su entorno. Al hacerlo, se puede trabajar en la socialización del animal y exponerlo gradualmente a diversas situaciones y estímulos. Esto no solo ayuda a reducir la frecuencia de los ladridos inapropiados, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida del canino y disminuir la ansiedad tanto en él como en sus tutores.