¿Qué siente un gato cuando lo abandonan?

¿Sabías que en México hay al menos 29.7 millones de perros y gatos viviendo en la calle? Según estadísticas compartidas por la UNAM, se estima que cada año se abandonan 500 mil más, lo que, además de hacer sentir tristes y desolados a los animales, también genera problemas de salud pública, ambientales y afecta la biodiversidad. Por ello, cada vez se hacen más campañas de concientización a dueños de mascotas para evitar que estas cifras aumenten. 

Aunque hoy en día las leyes de protección animal son mucho más severas y la misma conciencia de la sociedad le ha dado un lugar más especial en sus vidas y hogares a los gatos, lo cierto es que aún existe gente desalmada o irresponsable que se deshacen de ellos a la menor provocación. Por ejemplo, uno de mis michis llegó a vivir conmigo porque la mamá de su antigua dueña le pidió echarlo a calle porque ella estaba embarazada. 

Como sabes, existen muchos mitos que hacen que a pesar de toda la información que existe, aún haya personas ignorantes que creen que los felinos son dañinos para salud. Si bien a mi gato le abrí las puertas de mi casa y mi corazón, muchos otros no cuentan con la misma suerte, lo que los hace sentir desolados y se exponen a muchos riesgos en las calles. 

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¿Qué le pasa a un michi cuando lo abandonas?

Aunque pudiera pensar que cualquier animal puede adaptarse fácilmente a cualquier ambiente y que "pronto se le olvidará que fue abandonado", lo cierto es que cuando los dueños se deshacen de ellos, pueden llegar a sufrir depresión y estrés. Esto produce liberación de una serie de sustancias hormonales, principalmente de la CRH (hormona liberadora de corticotropina) a nivel del hipotálamo, entre otras, lo cual, produce varios efectos sobre su organismo y suprime el centro regulador del hambre del cerebro, trayendo consecuencia enfermedades como la anorexia. 

Además de sentir una evidente tristeza tras ser abandonado, un gato puede desarrollar otros males hepáticos, que, sin cuidado especializado, puede llevar a su muerte. Es importante mencionar que esto no solo puede ser causado por dejarlo a la deriva, sino también al realizar viajes, mudanzas o introducir un nuevo miembro a la familia. Es por ello, que siempre tienes que observar el comportamiento de tu michi para asegurarte de que nada malo esté pasando con él o ella. 

De igual forma, es importante remarcar que un gato en la calle tiene menos probabilidades de vivir más de 10 años. Esto, no solo debido a enfermedades, sino también a otros accidentes como el ataque de un perro, peleas callejeras, así como atropellamientos. Esto, por mencionar situaciones accidentales. Hemos de recordar que existe gente muy mala que les hace daño en rituales o por simple placer. 

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¿Cuánto tiempo recuerdan los gatos a sus dueños?

Los dueños que abandonan a sus gatos se justifican asegurando que el animal olvidará pronto que lo dejaron y seguirá con su vida. Sin embargo, los felinos tienen una buena memoria y pueden recordar a las personas con las que han convivido por mucho tiempo, incluso toda la vida si ha establecido una conexión emocional positiva. 

De forma más específica, la memoria a corto plazo de los gatos es de 16 horas, mientras que a largo plazo puede llegar a extender por meses o años. Además, también tienen memoria episódica, con la cual, pueden recordar eventos específicos, como su hora para comer o la ubicación de sus juguetes. 

Si tu michi tiene una rutina muy estable, así como una estrecha relación contigo, puedes estar seguro que jamás olvidará que te encanta jugar con él o que por las noches te debe hacer compañía mientras ves una serie o película y le brindas una buena dosis de caricias. Por ello, es importante siempre salvaguardar su bienestar para evitar que pueda sentirse nostálgico o triste. 

Como ves, el abandono de un gato no solo lo puede hacer sentir triste por un tiempo, sino que también le puede llegar a costar su vida, al desarrollar enfermedades que nadie tratará adecuadamente en las calles. Como dueños, tenemos una responsabilidad y compromiso de proporcionarles alimento, techo, abrigo y mucho amor. ¡Pongamos el buen ejemplo!