Los problemas urinarios en felinos son una preocupación común para los tutores responsables, ya que pueden ser indicativos de afecciones graves que requieren atención veterinaria inmediata. La incapacidad para orinar es uno de los síntomas más alarmantes que puede estar relacionado con varias condiciones médicas, algunas de ellas potencialmente fatales si no se tratan a tiempo.

Por eso, es fundamental estar atento a cualquier cambio en el comportamiento de tu mascota y hábitos relacionados con la micción, pues recordemos que los mininos son muy buenos para ocultar el malestar, lo que a menudo dificulta identificar que están sufriendo. En esta ocasión, te ayudaré a reconocer los signos que indican que tu gato puede estar enfrentando alguna enfermedad urinaria y qué hacer al respecto. 

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Así puedes saber que tu gato tiene problemas para orinar

Intentos repetidos para orinar o dificultad para hacerlo

Uno de los primeros signos de que tu gato puede tener problemas para orinar es el intento repetido de evacuar, o la dificultad para hacerlo. Las enfermedades que afectan las vías urinarias inferiores, como la vejiga y la uretra, suelen provocar inflamación en estas áreas

Esta hinchazón puede generar un proceso irritativo que hace que el felino intente orinar de manera continua, ya sea dentro o fuera del arenero. Sin embargo, debido al estrechamiento de las vías urinarias y a la disminución de la cantidad de orina en la vejiga, las cantidades expulsadas en cada intento suelen ser mínimas.

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Ausencia de orina

En los casos más graves, la inflamación puede hacer que el gato no logre orinar en absoluto, o que lo haga solo con grandes dificultades, expulsando apenas unas gotas de líquido. Es importante no confundir esta situación con los casos en que los felinos no evacuan debido a una baja ingesta de agua o deshidratación, ya que en estos casos no hay un proceso irritativo relacionado con la micción. En este caso, en lugar de un intento constante de mear, el animal puede simplemente no hacerlo con regularidad.

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Dolor al orinar

Otro signo clave de que tu gato tiene problemas urinarios es el dolor al orinar. Las cistitis o inflamaciones en el tracto urinario pueden causar molestias significativas. Si tu mascota se siente incómoda o dolorida al evacuar, podría maullar o vocalizar mientras está en el arenero. 

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También puede lamerse constantemente la zona perineal o mostrar signos de agitación, como caminar de un lado a otro por la casa sin descansar. En algunos casos, los felinos pueden volverse más agresivos debido al dolor que experimentan.

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Sangre o cambios de color en la orina

La hematuria (orina con sangre) puede aparecer en forma de gotas de sangre fresca cerca del arenero o incluso en otros lugares de la casa. Esto es más común en los casos de cistitis aguda, donde la inflamación de la vejiga puede causar pequeños sangrados. La orina también puede cambiar de color, tornándose más oscura o más concentrada, especialmente si hay sangre microscópica o si el gato no está bebiendo suficiente agua.

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¿Qué pasa si mi gato se enferma de los riñones?

Cuando se trata de la salud urinaria de los felinos, es importante no solo preocuparse por la vejiga o la uretra, sino también por los riñones, los cuales son órganos vitales para la eliminación de desechos y el equilibrio de líquidos en el cuerpo. 

Estos pueden verse afectados por diversas enfermedades, como insuficiencia renal crónica o cálculos renales. Estas afecciones pueden interferir con la capacidad del gato para orinar correctamente y, en casos graves, pueden llevar a una insuficiencia renal que comprometa la salud general del animal.

Los signos de enfermedad renal en gatos incluyen letargo, pérdida de apetito, aumento de la sed, vómitos y pérdida de peso. Sin embargo, los problemas renales no siempre se manifiestan de manera tan evidente hasta que la afección está avanzada. 

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Los felinos con insuficiencia renal crónica, por ejemplo, pueden continuar orinando con normalidad en las primeras etapas del padecimiento, pero a medida que los riñones se dañan, pueden comenzar a presentar una disminución en la producción de orina, lo que puede hacer que se acumulen toxinas en su cuerpo.

Si sospechas que tu gato tiene problemas renales, es crucial que se realicen análisis de sangre y de orina para detectar signos de insuficiencia renal u otras patologías relacionadas. El tratamiento oportuno puede ayudar a controlar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de tu gato.