La parálisis repentina en los caninos es un problema serio que requiere atención inmediata, ya que podría ser indicativo de una enfermedad grave o una lesión que afecta su movilidad. Si tu perro no puede caminar o muestra falta de control en sus patas traseras, es importante conocer las posibles causas y saber cómo actuar para proporcionarle el mejor cuidado.

La parálisis en los caninos puede tener múltiples orígenes, desde lesiones traumáticas hasta enfermedades neurológicas. Las patas traseras son esenciales para el movimiento y el equilibrio de los perros, por lo que cualquier debilidad en esta zona puede afectar significativamente su calidad de vida. 

En esta ocasión, te explico qué es la parálisis repentina en caninos, sus posibles causas y qué debes hacer si tu perro presenta debilidad en las patas traseras. Al entender mejor este problema, podrás tomar decisiones informadas y brindarle a tu amigo el tratamiento adecuado para mantener su salud en las mejores condiciones posibles.

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¿Qué es la parálisis repentina en perros?

La parálisis repentina en perros es una pérdida abrupta de la función motora, lo que impide que el animal se mueva correctamente. Esto puede ocurrir de forma súbita, sin previo aviso, y a menudo afecta a una o ambas patas traseras. Las causas  de esta condición varían y pueden involucrar tanto factores neurológicos como traumatismos físicos. 

Es importante diferenciar entre una parálisis que ocurre debido a una condición progresiva o una que se desarrolla rápidamente debido a un accidente o lesión. Las enfermedades neurológicas, los problemas en la columna vertebral o incluso los trastornos musculares pueden ser responsables de la pérdida de movilidad. 

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En algunos casos, los síntomas se manifiestan primero como debilidad o dificultad para moverse, antes de llegar a una parálisis total. Por lo tanto, es crucial que cualquier signo de falta de movimiento se tome como una señal de alerta para acudir a un veterinario lo antes posible.

¿Por qué mi perro no puede caminar con las patas traseras?

La incapacidad de caminar con las patas traseras en un perro puede tener diferentes causas, que se pueden dividir en dos categorías principales: la cojera gradual y progresiva, y la cojera repentina.

La cojera gradual y progresiva generalmente está relacionada con enfermedades subyacentes que afectan el sistema musculoesquelético o nervioso. Algunas de estas condiciones incluyen la osteoartritis, el cáncer de huesos o enfermedades neurológicas como los tumores de las vagüetas nerviosas periféricas (PNST), la enfermedad del disco intervertebral (IVDD), el embolismo fibrocartilaginoso (FCE) y la extrusión nuclear aguda no compresiva (ANNPE). Estas condiciones pueden ir empeorando con el tiempo, lo que provoca una pérdida de fuerza y coordinación en las patas traseras del perro.

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Por otro lado, la cojera repentina es provocada por lesiones agudas que afectan a las patas traseras. Estas pueden incluir fracturas de huesos, dislocaciones de articulaciones, esguinces o lesiones en los ligamentos, músculos, cartílagos o tendones. También es posible que una espina o un objeto extraño se quede atascado en la almohadilla de la pata, causando dolor y limitando la capacidad del perro para caminar. Cualquier lesión de este tipo, aunque sea localizada, puede causar una parálisis repentina.

¿Qué hacer cuando un perro no tiene fuerza en las patas traseras?

Si notas que tu perro tiene debilidad o no puede caminar con las patas traseras, es crucial actuar de inmediato. La primera medida que debes tomar es llevar a tu mascota al veterinario lo más rápido posible. La parálisis repentina puede ser un signo de una condición grave, como una lesión en la columna vertebral o una enfermedad neurológica, que podría empeorar sin tratamiento adecuado.

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El veterinario realizará un examen físico completo, y posiblemente pruebas de diagnóstico como radiografías o resonancias magnéticas, para determinar la causa exacta de la parálisis. El tratamiento dependerá de la causa subyacente e incluirá desde reposo y terapia física hasta intervenciones quirúrgicas o medicación. En cualquier caso, cuanto más rápido se identifique y se trate el problema, mejor será el pronóstico para tu perro.

Recuerda que la salud de tu mascota depende de una pronta intervención, por lo que no dudes en buscar ayuda profesional si tu perro presenta cualquiera de estos síntomas.