Por más que quieras, no puedes cuidar a un gato todo el tiempo. Requiere salir a explorar su entorno y sentir el aire fresco, pero también puede encontrar amenazas como otros felinos que no estarán felices de verlo. Puede darse el caso de que, en su regreso o al paso de los días, presente un absceso. Descuida, te decimos cómo ayudar a tu mascota y sobre todo qué lo provoca.
En sus salidas al mundo, puede encontrarse con otros gatos que defienden su espacio por territorialidad, cuidan sus recursos o para ahuyentarlo. Si tu mascota se ve envuelta en la pelea, hay una gran posibilidad de que sea rasguñado o mordido. Con el paso de los días notarás cómo se infecta el tejido circundante mostrando una inflamación.
Al percatarte del problema, no intentes tocarla ni mucho menos reventarla, solo causarás que sus molestias aumenten, lo que puede llevarlo a responder de forma violenta. Además, si se revienta, puede tener complicaciones para la salud de las mascotas como para ti por la infección que se ha generado.
Mi gato tiene un absceso, ¿qué hago?
Si ya detectaste que tu gato tiene un absceso y la piel está inflamada, lo que sigue es concretar una cita con el veterinario. Al determinar que efectivamente se trata de un absceso, el especialista requiere abrirlo para drenar la pus que se acumuló. Para ello, debe cortar el pelo de la zona.

El objeto punzante causante del absceso generalmente son las garras o los colmillos del oponente, que pueden transmitir bacterias como estreptococos ß-hemolíticos, Bacteroides spp, Pasteurella multocida, por mencionar algunas.
Al momento de drenar el absceso, se puede encontrar un objeto punzante, como un trozo de uña que dejó el otro gato, el cual se debe remover completamente, de lo contrario no sanará. El pequeño canal, identificado como fístula, se mantiene abierto para expulsar pequeñas cantidades residuales de pus.
¿Qué es un absceso?
A todo esto, seguramente te preguntas: ¿qué es un absceso y cómo se forma? Verás, es una infección bacteriana que consiste en la acumulación de pus en las capas más profundas de la piel. Ocurre cuando el felino tiene una pelea y es herido por otro. El tejido circundante se infecta de 2 a 3 días, generando una inflamación que trae consigo un dolor punzante.
Cuando ocurre, aparece la pus, que es un líquido de tono amarillo y maloliente, que se disemina por todo el tejido infectado. Con el paso del tiempo se concentra en el medio de la herida. En este punto se considera que ya está “maduro” y aumenta el riesgo de que pueda reventar, causando un desastre y exponiendo a los presentes a una infección mayor.

Si notas una bolita en alguna parte del gato, lo mejor es llevarlo a revisión. Puede ser un absceso u otra cosa, pero estamos todos de acuerdo en que no es normal. En este caso, el especialista drenará el absceso y le brindará a tu mascota la medicina adecuada para combatir la infección bacteriana. Al final solo quedará una pequeña cicatriz y una parte sin pelo, pero descuida, le vuelve a crecer.