Los beneficios de tener un perro en casa son innegables. Desde una perspectiva psicológica, los caninos se convierten en aliados incondicionales que combaten la soledad, mejoran la autoestima y ayudan a liberar las tensiones acumuladas durante el día. Además, fomentan la responsabilidad en sus tutores y permiten que los niños enfrenten mejor sus temores, especialmente el miedo a la oscuridad, entre muchos otros aspectos positivos.
En este sentido, muchas personas aman tanto a su perro que optan por dormir en la misma habitación o incluso compartir la cama. Esta práctica, aunque común, ha suscitado preocupación entre los médicos, quienes advierten sobre los posibles peligros asociados a esta acción.
Entre estos peligros se encuentran un mayor riesgo de transmisión de algunas enfermedades infecciosas y ciertos trastornos del sueño. A continuación, te cuento lo que dicen los especialistas y las evidencias que aportan los últimos estudios acerca de este tema.
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¿Qué pasa si duermes al lado de tu perro?
Desde el Instituto del Sueño se advierte que, a pesar de mantener normas de higiene en el hogar, las mascotas pueden ser portadoras de infecciones. Esto se debe a los parásitos, bacterias y virus que llevan de forma natural, independientemente de su estado de salud o vacunación. Se ha documentado que más de 250 enfermedades humanas tienen su origen en los animales, y más de 100 de ellas están vinculadas a la convivencia con mascotas domésticas.
Entre las infecciones más comunes que pueden transmitir un perro o gato a sus tutores se encuentran la tiña, nematodos, la enfermedad del arañazo de gato y diversas infecciones por estafilococos resistentes. Asimismo, se incluyen enfermedades graves como la rabia, salmonelosis, infecciones por Escherichia coli, toxoplasmosis y leptospirosis, así como otras transmitidas por garrapatas. Esto resalta la necesidad de ser conscientes de los riesgos asociados al contacto cercano con nuestras mascotas.
Sumado a los riesgos sanitarios, compartir la cama o el espacio para dormir con animales puede influir en la calidad del sueño humano. Los ritmos circadianos de los humanos y las mascotas son distintos, lo que puede llevar a problemas en el descanso nocturno.
Un estudio publicado en la revista Human-Animal Interactions indica que tener un perro se relaciona con una mayor probabilidad de sufrir trastornos del sueño y dificultades para conciliar el sueño. Por otro lado, quienes tienen gatos como compañeros pueden experimentar espasmos musculares en las piernas durante la noche.
Sin embargo, también existen investigaciones que apoyan el colecho con mascotas en términos de calidad del sueño. Un estudio publicado en la revista Sleep Health no encontró diferencias significativas en el descanso nocturno entre los niños que dormían con sus mascotas y aquellos que no tenían compañía animal. Esto sugiere que, aunque hay riesgos asociados a dormir con nuestras mascotas, también hay aspectos positivos que pueden variar según cada situación particular.