Los gatos son animales complejos y es que si tienes una o más de estas mascotas es posible que ya te hayas dado cuenta que en un momento pueden amarse y al otro estar peleando de la manera más salvaje que hayas visto en tu vida, metiendo dientes y garras con el propósito de someter a quien se ha convertido en su principal enemigo.
Cabe destacar que no todos los michis mostrarán este tipo de comportamiento y que observando a tus gatitos podrás darte cuenta de su tipo de temperamento, si son conflictivos, si huyen de los problemas o si son la paz encarnada en mininos. Así podrás vigilar a aquellos “rebeldes sin causa” que se la pasan peleando con quien se cruce en su camino.
Por otro lado, muchos michis suelen jugar a vencerse el uno al otro, esto refuerza sus capacidades de defensa ante algún depredador o sus propias habilidades de cacería, por lo que no debe sorprenderte ni alarmarte, aunque algunas veces los juegos se confunden con las peleas, es por ello que te dejamos algunas diferencias clave con las que podrás identificar cada comportamiento gatuno.

¿Pelea o juego? así puedes diferenciar la convivencia con tu michi
Las señales que deberás observar para descubrir si tus gatos están peleando o jugando tienen que ver 100% con su lenguaje corporal, y es que durante el juego se mostrarán más relajados e incluso tomarán turnos, primero uno perseguirá y atacará al otro hasta atraparlo y este contestará de la misma forma. Jugar es una de las necesidades de los michis, especialmente si son cachorros, por lo que no es buena idea separarlos.
Ahora, si los gatos están en medio de una pelea podrás notar que sus pupilas se dilatan, sueltan bufidos y maullidos anormales, además de que la cola se les eriza y sus orejas se posicionan hacia abajo, mientras los dos se observan fijamente y de manera inmovil. Cabe destacar que siempre existe un atacante y un atacado, por lo que uno tendrá un lenguaje corporal de defensa y el otro se hará lo más grande posible para intimidar a su víctima.

¿Cómo separar una pelea de gatos?
A pesar de que un par de gatos puedan considerarse buenos amigos, e incluso hermanos, no se descarta que exista una que otra pelea, estas deben ser detenidas por los dueños humanos, quienes podrán intervenir de la manera más tranquila posible para evitar generar más tensión y con ayuda de un objeto para evitar ser víctimas de los daños colaterales.