La adopción de Dino es lo mejor que pudo hacer la familia de la abogada Paula Fabricia. Más allá de una mascota, se convirtió en el protector de la familia, sobre todo de sus hijos, lo que demostró cuando salvó a la bebé del hogar alertando a su tutora que algo estaba mal. Desde entonces el perro ha sido el protector de todos a sus 12 años.
Dino fue adoptado años antes cuando deambulaba por el vecindario de la abogada residente en Brasil, que cedió por la insistencia de su primer hijo, Ícaro, en tener una mascota. Desde que cruzó la puerta, demostró una personalidad dócil, juguetona y cariñosa, con una inteligencia que le permitió aprender los hábitos y horarios de la casa para hacer sus necesidades sin adiestrarlo.
Paula Fabricia contó que después de que llegara a la casa el perro, la familia creció con tres hijos. Dino adoptó una postura protectora en cada embarazo cuidándola, manteniendo ese instinto con cada uno, lo que permitió lograr salvar la vida de la bebé de la casa, Alice.
Un perro llamado Dino salvó a un bebé de morir, esta es la historia
La tutora recuerda el día. Alice se encontraba dormida y tranquila en una habitación, pero el perro estaba intranquilo, su actitud era diferente y de un momento a otro se agitó mucho hasta el punto de llamar la atención de Paula hacia la habitación de la menor. En un primer momento, pensó que se trataba de un animal que había entrado a la casa y estaba sobre la cama como un escorpión.

Una vez que ingresó a la habitación para ver a la bebé, se percató de que ardía en fiebre; era lo que Dino advertía. Se comunicó con el pediatra y le dio instrucciones para bajar la temperatura antes de que la situación se agravara. Los ladridos del canino fueron determinantes para que Paula actuara con rapidez y tratara a la pequeña.
El atento lomito estuvo en calma hasta que la temperatura corporal bajó. Una vez que la bebé recuperó su salud, el perro comenzó a vomitar por toda la casa, como si hubiera absorbido la preocupación y la tensión de la complicada situación. Desde ese día, la familia sabe que el perrito adoptado estaba ahí para cuidarlos.
Dino tiene 12 años al día de hoy y, a pesar de su edad, sigue con muchas ganas de jugar y convivir con los niños, siempre atentos a ellos como un verdadero guardián, sobre todo cuida a la menor, Alice, con su ojito derecho, apuntó la mujer. Donde quiera que estén los niños se le puede ver jugando y cuidándolos con la misma dedicación y el cariño que siempre ha procurado a la familia, quienes no pueden estar más agradecidos de tenerlo en sus vidas.

El caso de Dino se suma a los cientos de testimonios de perritos que fueron adoptados o llegaron a una casa y trascendieron de ser simples compañeros, acomodándose como parte de la familia en una posición de guardianes al cuidado de todos los integrantes, en casi todos los casos de los bebés o los pequeños del hogar con una paciencia y cariño como una verdadera nana.