El pasado domingo 29 de diciembre, un trágico accidente aéreo sacudió a Corea del Sur, cobrando la vida de 179 personas. El avión de la aerolínea Jeju Air, que regresaba de Bangkok, Tailandia, intentó aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, pero se salió de la pista, chocó contra una barrera y se incendió.
De las 181 personas a bordo, solo dos miembros de la tripulación sobrevivieron al desastre. Este accidente no solo dejó a numerosas familias en duelo, sino que también afectó a los seres queridos de los pasajeros, incluidos sus animales de compañía, como el caso del perro llamado Pudding.
La familia de nueve miembros, que viajaba junta para celebrar el cumpleaños de la matriarca, de 79 años, vio sus vidas truncadas en cuestión de segundos. Ahora, Pudding, el fiel perro de estos humanos, continúa esperando el regreso de sus seres queridos frente a la puerta de su hogar, sin entender que no volverán. En las siguientes líneas, te cuento la emotiva historia de este lomito y cómo los animales reaccionan ante la pérdida de sus tutores.
Esta es la historia de Pudding, el perrito que espera a su familia fallecida
Entre los pasajeros del trágico vuelo Jeju Air se encontraba Bey, una mujer de 79 años que había decidido celebrar su cumpleaños número 80 junto a su esposo, sus dos hijas y sus respectivas familias.
Esta celebración, que debía ser un momento feliz, terminó en tragedia cuando el avión se estrelló mientras intentaba aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, acabando con la vida de toda la familia. Lo que sucedió después dejó una huella profunda en el pueblo: el perro del hogar, llamado Pudding, esperaba con ansias el regreso de sus seres queridos.

Pudding era especialmente cercano al nieto de cinco años de la familia, y su vínculo con el pequeño hacía aún más evidente el sufrimiento del animal tras la tragedia. El perro comenzó a vagar por la casa vacía, sin entender que sus humanos nunca regresarán.
Cada vez que un coche pasaba por la calle, Pudding corría hacia él, con la esperanza de que fuera el vehículo de su familia, trayendo de vuelta a sus amados tutores. La fidelidad y el amor del peludo por su gente eran tan fuertes que continuó esperando, día tras día, el regreso que nunca ocurriría.

Aseguran que aunque ya adoptaron a Pudding, él regresa a su casa
A pesar de los esfuerzos de los vecinos por cuidar a Pudding, el perro insistía en regresar a la casa vacía que había compartido con su familia. Aunque aceptaba temporalmente ser acompañado por otras personas, siempre volvía al mismo lugar, aguardando con la esperanza de que sus seres queridos finalmente aparecieran. Los residentes del pueblo, preocupados por el bienestar del peludo, intentaron consolarlo, pero el animal parecía incapaz de alejarse del hogar lleno de recuerdos.
Finalmente, la organización protectora de animales CARE intervino, al observar que Pudding continuaba deambulando por el pueblo sin rumbo, claramente afectado por la pérdida. Rescatado por la institución, recibió la atención y el cuidado necesarios mientras se halla un nuevo hogar para él.
¿Qué le pasa a un perro cuando sus dueños mueren?
La reacción de Pudding ante la pérdida de su familia es un reflejo de lo que muchos perros experimentan cuando sus tutores fallecen. Los caninos son animales extremadamente leales y, al igual que los humanos, desarrollan un fuerte vínculo emocional con sus cercanos.
Cuando estos seres queridos mueren, los perros pueden sentir una gran tristeza, confusión y ansiedad. En muchos casos, los caninos se muestran más retraídos o, como en el caso de Pudding, se quedan esperando en el lugar donde solían ver a sus humanos.
El comportamiento de espera y la búsqueda constante de los tutores es una manifestación del apego profundo que los caninos tienen hacia sus humanos. Sin entender la muerte, el perro puede seguir esperando, pensando que su familia simplemente ha salido y regresará pronto.

Algunos estudios también han mostrado que los perros pueden experimentar síntomas de duelo, como pérdida de apetito, letargo y cambios en el comportamiento, cuando sienten la ausencia de una persona cercana.
Por ello, es fundamental que, en estos momentos tan dolorosos, las personas que se hacen cargo de los perros en estos casos les brinden un ambiente de cariño, seguridad y paciencia.
El proceso de duelo de un perro puede llevar tiempo, pero con el apoyo adecuado, es posible que el animal aprenda a sanar poco a poco y, con el tiempo, se adapte a su nueva vida sin la presencia de sus tutores.