La calidad de la arena para la caja del gato impacta directamente en la salud y el bienestar del animal, así como en la limpieza y el ambiente del hogar. Por ello, es fundamental asegurarse de que la que elijas cumpla con ciertas características esenciales.
Una arena de buena calidad no solo facilita el proceso de limpieza, sino que también contribuye a un entorno higiénico para los gatos. Además, debe ser eficaz para mantener a raya los olores y ser lo suficientemente cómoda para que tu mascota la use de manera regular.
En esta ocasión, te explico como realizar algunas pruebas prácticas que te ayudarán a identificar si la arena de tu felino realmente cumple con los requisitos necesarios. Con estos tres consejos sencillos pero efectivos podrás probar la eficiencia de este importante artículo para gatos y asegurarte de que estás tomando la mejor decisión para tu pequeño peludo.
Tips para saber si la arena de tus gatos es de buena calidad
1. Comprobar que no genere polvo
Uno de los primeros aspectos a revisar es la cantidad de polvo que genera la arena cuando la tiras a la caja del gato. Aunque es normal que se genere algo de polvo, este debe ser mínimo.
Para comprobarlo, vierte un poco de arena desde una cierta altura sobre el arenero. Si el polvo es abundante, podría ser un indicio de que la arena contiene materiales de baja calidad que pueden afectar las vías respiratorias de tu felino, así como las tuyas.

2. Haz una prueba de aglutinación
Una de las características más valoradas en la arena para gatos es su capacidad de aglutinación, es decir, que forme bloques sólidos cuando entra en contacto con la orina. Para probar esto, vierte un poco de agua sobre la arena y deja que se absorba.
Luego, presiona la zona con los dedos para ver si se forma un “bloque” duro y compacto. Si la arena no se aglutina bien, es probable que no retenga la humedad de manera eficaz, lo que resultará en un entorno más sucio y con mayor riesgo de malos olores.

3. Neutralizar malos olores
Una buena arena debe ser capaz de neutralizar los olores de forma efectiva. Para probar esto, prepara una infusión de dos cabezas de ajo y un puñado de clavos en agua. Deja que hierva, luego cuela el líquido. Coloca este preparado en la arena en una cantidad mínima, de la misma forma que en el punto anterior.
Luego, espera entre 30 minutos a una hora y evalúa si el olor ha sido neutralizado. Si la arena es de calidad, deberías notar que el aroma desagradable ha sido casi por completo absorbido, y el olor a ajo y clavos se reducirá notablemente.

¿Qué enfermedades le puede traer a mis gatos una mala arena?
El uso de una arena de mala calidad puede generar varios problemas de salud para tus gatos. Un problema común es la acumulación de polvo, que puede afectar el sistema respiratorio de tu mascota, especialmente en gatos con predisposición a enfermedades respiratorias como el asma felina.
Además, las arenas que no aglutinan correctamente pueden dejar residuos húmedos en la caja, lo que favorece el crecimiento de bacterias y hongos. Estos patógenos pueden provocar infecciones urinarias o de piel, y pueden ser particularmente peligrosos para gatos con sistemas inmunológicos debilitados.

Otra complicación importante de una arena inadecuada es la irritación en las patas y la piel de los gatos. Si la arena no tiene una textura cómoda o si está hecha de materiales que no permiten la correcta absorción de la orina, tu felino podría desarrollar úlceras o irritaciones en sus almohadillas.
Además, una arena con malos olores o con poca capacidad para neutralizarlos puede inducir estrés o incomodidad en tu gato, lo que podría generar que evite usar la caja, provocando accidentes fuera del arenero y aumentando la posibilidad de problemas de comportamiento.

¿Cómo enseñarle a mi gato a usar su arenero?
Enseñar a tu gato a usar su arenero es un proceso bastante sencillo si sigues algunos consejos clave. En primer lugar, asegúrate de que la caja sea del tamaño adecuado para tu felino y esté ubicada en un lugar tranquilo, alejado de su comida y agua. Asegúrate también de que la arena esté limpia y en cantidad suficiente para que tu mascota se sienta cómoda.
Si es un gato joven o si está siendo entrenado por primera vez, puedes colocarlo en la caja después de comer, dormir o jugar, ya que son momentos en los que es más probable que necesite ir al baño. Es importante no regañarlo si tiene un accidente fuera del arenero, ya que esto puede generar ansiedad y dificultar el aprendizaje. En su lugar, felicítalo cuando lo utilice correctamente, para reforzar el comportamiento positivo.

Si tu gato se muestra reacio a usar el arenero, trata de investigar si hay algo que lo esté molestando, como un cambio en la arena o en la ubicación de la caja. En algunos casos, usar un tipo de arena diferente o una caja con paredes más altas puede ser lo que tu felino necesita para sentirse cómodo y seguro.