Las iguanas se han vuelto las mascotas favoritas de los seres humanos, debido a que suelen interesantes, exóticos, únicos y educativos. Una de las ventajas de tener a estos reptiles, que podrás aprender sobre su ecosistema, además son animales muy silenciosos, y muy tranquilos; además su alimentación es muy fácil de llevar a cabo.
Antes de comprar una iguana para tenerla una mascota, es importante que tengas varios factores en cuenta. Por ejemplo, deberás contar con las necesidades de estos reptiles como: tenerlas a una temperatura adecuada, además es necesario llevarlas al veterinario para que te den una dieta personalizada. Si la adquieres desde pequeños a estos reptiles, podrás acoplarlas a ti.
Estos saurios son bastantes inteligentes y pueden aprender a reconocer algunas palabras y el lenguaje corporal de sus dueños; con paciencia y constancia pueden aceptar y disfrutar la compañía de los seres humanos; para que se domestique, deberás tener su terrario en buenas condiciones, habla con ella, acaricia su cabeza y háblale suavemente.
Razones por las que tu iguanas se puso amarilla
La razón por la que tu iguana podría ponerse amarilla, se puede deber por una infección o por un cambio de color que es natural. Cabe señalar que, esta modificación se presenta por una posible enfermedad metabólica ósea, la cual trae como consecuencia una deformación en su mandíbula y los huesos largos; y esta se da por el hipotiroidismo, que sufren algunos vegetales como los nabos, ya sea la zanahoria y la coliflor.
Cabe señalar que, el color amarillo casi siempre son manchas en estos saurios, las cuales con el tiempo podrían oscurecerse, y progresar a convertirse en una dermatitis, granulomatosa, y causar la muerte de la mascota.
También puedes leer: Adoptan a zorro mal herido y se comporta como perro

También puedes leer: ¿Cómo evitar que mi gato engorde tras esterilizarlo?
¿Qué colores no son normales en las iguanas?
Las iguanas pueden tener varios colores, entre los más comunes están los rojos, verdes, rojos azules y naranjas; pero este también puede variar la edad. Por ejemplo, las más jóvenes siempre suelen tener un color verde brillante; los reptiles más viejas son de color verde grisáceo, café o bronceado.