Hoy en día, como amantes de los animales, consideramos a nuestra mascota un miembro más de nuestra familia, por lo que su muerte nos afecta en gran medida a nivel emocional y no queremos separarnos nunca de ellos, por decidimos enterrar a nuestro perro en nuestro jardín, pero, por desgracia, esto no es nada bueno y te diremos por qué.
Decirle adiós a nuestro mejor amigo es una de las cosas más difíciles que tenemos que afrontar, ya que por muchos años permanecieron a nuestro lado y se volvieron un ser vivo esencial en nuestras vidas. Por desgracia, estos animalitos no viven tanto tiempo como nosotros y por ello tenemos que buscar donde sepultarlos.
Existen cementerios de mascotas, los cuales son lugares que están autorizados para enterrar a nuestro peludo amigo; sin embargo, también tenemos la alternativa de cremarlo y quedarnos con sus cenizas. La mayoría de las personas prefiere enterrarlo en su patio por ser un lugar que tienen disponible, pero no es una buena idea hacerlo.
La razón por la que no debes enterrar a tu perro en el jardín

Los expertos señalan que enterrar a nuestro perro en el patio es malo si este falleció por algún tipo de enfermedad como parvovirus, toxoplasmosis y salmonelosis, ya que la enfermedad puede seguir transmitiéndose a otros animales que tengamos en casa y rasquen por la zona, por lo que es mejor prevenir que esto suceda.
Otro motivo para no sepultar nuestra mascota en casa es si fue dormida con algún tipo de fármaco, pues la sustancia puede permanecer en su cuerpo hasta por un año, lo que también representa un peligro para los otros animales en casa, por esto es mejor dejar sus restos en un cementerio para animales o cremarlo.
¿Qué hacer si mi perro se muere?

Cuando nuestro perro muere también tenemos que llevar a cabo un cierto proceso para que pueda descansar en paz. Lo primero, antes que nada, es asimilar la noticia de su deceso y después notificar al lugar donde se encuentra registrado, ya que pasemos por esto, tenemos que decidir lo que queremos hacer con su cuerpo, puede ser enterrarlo en un cementerio para mascotas o llevarlo a la veterinaria para que le hablen al servicio de cremación.
Con esta información, ya sabes porque no tienes que enterrar a tu perro en el jardín de tu casa. Claramente, es la opción más cómoda y sentirás que sigue contigo después de su muerte, pero si tienes otros animales es mejor que no lo hagas en el caso de que haya fallecido por algún tipo de enfermedad o le hayan aplicado la eutanasia.