En Europa, hace más de mil años, los gatos desempeñaban un papel fundamental como controladores de plagas y también se utilizaban para obtener pieles. En este contexto, un grupo de arqueólogos escandinavos llevó a cabo un estudio comparando las pieles de mininos de la época vikinga con las de los actuales. Sorprendentemente, descubrieron que los felinos del siglo XXI son un 16% más grandes que sus antepasados.

Este hallazgo es inusual, ya que la domesticación de los animales tiende a resultar en una reducción de su tamaño. Por ejemplo, los perros son, en promedio, una cuarta parte más pequeños que los lobos, y otros animales de granja como el ganado vacuno, las ovejas y las cabras también muestran un tamaño menor en comparación con sus parientes salvajes. La tendencia general sugiere que la domesticación debería llevar a un encogimiento en las características de la criatura en lugar de un crecimiento.

Al respecto, no es la alimentación con croquetas hipercalóricas lo que ha contribuido a este aumento en el tamaño de los gatos. Investigaciones han mostrado que incluso los mininos callejeros y asilvestrados en lugares como el bush australiano presentan tamaños corporales mayores. A pesar de que estos felinos pueden consumir restos de comida humana, no todos reciben alimentación regular por parte de las personas. 

Ahora bien, aunque es poco probable que los gatos alcancen tamaños extraordinarios como Godzilla o desarrollen pulgares oponibles, la curiosidad sobre cómo serán estos animales en el futuro sigue despertando interés. Por ello, te invito a seguir leyendo para descubrir todos los detalles al respecto.

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Los gatos del futuro así serán, según expertos

Los gatos del futuro podrían presentar algunas características interesantes, según los expertos. Una de las posibilidades es que estos felinos sean más grandes que los que conocemos hoy en día. Este aumento de tamaño podría estar relacionado con factores como la alimentación y las condiciones de vida que los humanos proporcionan a sus mascotas.

Además, el contacto constante con las personas podría influir en la personalidad de los gatos, haciéndolos más amigables. Por naturaleza, estos animales tienden a ser criaturas más solitarias y distantes en comparación con los perros, que tienen una historia evolutiva como animales de manada. Sin embargo, aquellos mininos que han tenido más interacciones positivas con humanos pueden haber desarrollado comportamientos más sociables, lo que les permitiría transmitir estos rasgos a su descendencia.

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Con el tiempo, este proceso podría resultar en la creación de una mascota más relajada y amigable, sin perder la esencia de lo que significa tener un gato en casa. Por ejemplo, uno de los momentos más entrañables es cuando un minino se acurruca junto a ti, y esa conexión emocional es lo que muchos valoran en su relación con sus felinos.

Por otra parte, un estudio realizado por científicos comparó los comportamientos sociales y las personalidades de los mininos domésticos con otros felinos como leopardos nublados, leones africanos y gatos monteses escoceses. Los resultados mostraron que las especies salvajes no están precisamente adaptadas para vivir en grupo; ya que presentaron rasgos como dominancia, neuroticismo e impulsividad, características que no son ideales en un compañero.

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Contrariamente, se observó que las personalidades de los mininos domésticos eran más similares a las del león africano, un animal que ha encontrado la manera de convivir en grupo. Esto indica que, bajo ciertas condiciones, los gatos tienen el potencial para adaptarse a un entorno más social. 

A medida que los humanos dedicamos tiempo a comprender la psicología y el comportamiento felino, podemos mejorar nuestra relación con ellos. Al entender qué motiva a nuestros gatos y qué les hace felices, aseguramos su bienestar y calidad de vida.