Los perros suelen estar muy pegados a sus dueños a lo largo del día, incluso en el momento de la comida. Es fácil que una verdura como la papa termine en su boca, pero ¿hay problema en que pueda comer una por error o como parte de su alimentación? Entérate de las implicaciones negativas que puede tener para su salud.

Las papas se han convertido en un alimento común y versátil que puede acompañar muchos platillos, además es valorada por los aportes que brinda al cuerpo como vitamina B (B1,B2 y b6), un gran contenido de potasio, vitamina C, ácido fólico, selenio, magnesio y hierro. Una verdura accesible que se puede ingerir en buena medida, ¿pero la pueden comer los lomitos?

Para los caninos, son usadas para la producción de croquetas (en baja cantidad) por su contenido en almidón que funciona como aglutinante. Los perros sí pueden comer papas como complemento de su alimentación, pero hay un problema con ellas que puede ser perjudicial para su salud. ¿De qué se trata?

¿Qué pasa si le doy papa a mi perro?

Vale la pena puntualizar que la papa no debe ser una parte importante de su dieta, pero sí puede estar presente día con día en una cantidad moderada. Para los perros pequeños, se les puede dar de 20 a 50 gramos, los medianos pueden comer de 50 a 100 gramos y las razas más grandes pueden recibir de 100 a 150 gramos. 

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El problema de su ingesta viene si comen las hojas verdes de la planta o una papa cruda por la alta concentración de solanina y chaconina que es tóxica para los caninos que también están presentes en tomates, berenjenas y pimientos. Su amargo sabor es un compuesto natural que emplean como mecanismo de defensa y advierte de las toxinas contenidas.

No todas las papas tienen el mismo porcentaje de solanina y chaconina, varía dependiendo de la planta, la exposición a la luz y la temperatura en el ambiente. Dicho lo anterior, verifica que las estén en buen estado, no sean verdes ni amargas y sobre todo la reacción que tenga tu perro al comer una cocida.

¿Qué verduras no se le puede dar a los perros?

Las verduras son ricas en vitaminas y antioxidantes, pero no todas tienen un efecto positivo en la salud del perro. Antes de prepararle una comida casera especial o incorporarlas a su alimentación, conoce cuáles le podrían sentar muy mal.

  • Cebolla y ajo: tienen alto contenido de tiosulfato que puede producir anemia.
  • Aguacate; contiene persina, una sustancia tóxica que puede ocasionarles problemas cardiacos, respiratorios y gastrointestinales.
  • Hongos silvestres: les pueden causar hepatitis.
  • Tomate verde: también contiene solanina.
  • Remolacha: tiene oxalato que causa cálculos renales.
  • Brócoli: posee isotiocianatos que pueden irritar su estómago.
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El problema que puedan causar las verduras de manera general puede ser variable entre cada raza, influenciada por su edad, alimentación y si tiene enfermedades genéticas. Si se llega a comer una, mantenlo en observación y ve su reacción. Si vomita, tiene diarrea, letargo o cambios en su ritmo cardiaco, no dudes en acudir con un especialista.

En resumen, la papa puede formar parte de la alimentación del perro, pero siempre regulando la cantidad que va a comer y sobre todo cociéndola previamente para reducir las bacterias y contaminantes que pueda tener.