Cuando un perro se ve afectado por una condición que le impide moverse con normalidad, como la parálisis, es fundamental brindarle los cuidados adecuados para garantizar su bienestar y favorecer su recuperación. No basta con atender únicamente las partes afectadas, sino que es necesario considerar otros aspectos que influyen en la calidad de vida del animal en su totalidad.

Por eso, exploraremos los cinco cuidados esenciales que todo tutor debe tener en cuenta al cuidar a un perro paralítico. Desde la higiene y la alimentación hasta la actividad física, cada aspecto juega un papel crucial en el proceso de recuperación de tu querido peludo.

Acompáñame en este recorrido por las mejores prácticas para cuidar a un lomito con esta condición y descubre cómo puedes brindarle el apoyo necesario para que pueda disfrutar de una vida plena y feliz a pesar de sus limitaciones físicas. Recuerda que tu mascota merece lo mejor.

¿Cómo cuidar a un perro paralítico?

  • Higiene

Es fundamental mantener la piel del animal limpia y fuera de contacto con heces y orina. Para ello, se pueden utilizar suero fisiológico o toallitas especiales para perros. Es importante evitar el uso de toallitas para bebés, ya que su pH cutáneo es diferente al de los perros y pueden irritar la piel. 

En caso de baños frecuentes, se recomienda utilizar champús formulados especialmente para perros alérgicos, que no dañen la barrera lipídica protectora de la piel. También es beneficioso proporcionar suplementos como ácidos grasos omega-3 y vitaminas para reforzar la piel. Es recomendable consultar con un veterinario para obtener la mejor recomendación.

  • Alimentación

Una buena nutrición es vital para la recuperación de un perro paralítico. Es necesario seguir las indicaciones del veterinario en cuanto a la dieta más adecuada para el animal, teniendo en cuenta posibles enfermedades adicionales como problemas renales en perros mayores. 

En estos casos, se puede requerir una alimentación específica baja en proteínas y fósforo. Es posible que el veterinario recomiende combinar dos tipos de alimentación o añadir suplementos para abordar las diferentes necesidades del perro.

  • Evitar el arrastre

Para prevenir la aparición de heridas, es importante evitar que el perro se arrastre. Se pueden utilizar abrigos protectores para evitar el contacto con el suelo y reducir el riesgo de lesiones.

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  • Vigilar la vejiga

Muchos perros con parálisis pueden experimentar dificultades para miccionar. Algunos no pueden retener la orina y la liberan en pequeñas cantidades, mientras que otros no pueden vaciar completamente la vejiga y necesitan ayuda de sus tutores hasta tres veces al día. 

Es fundamental mantener una adecuada higiene urinaria para prevenir infecciones comunes en estos casos. Además, es importante estar atento a posibles cambios en el olor o color de la orina, ya que podrían indicar la presencia de algún problema.

  • Fisioterapia

Los masajes pueden ser beneficiosos para aumentar la circulación sanguínea, reducir el dolor y fortalecer el vínculo con el propietario. Es importante mover suavemente las extremidades para evitar que las articulaciones se rigidicen debido a la inmovilidad. Se pueden utilizar arneses delanteros, traseros o completos para ayudar al perro a caminar y permitirle cierto movimiento activo. 

La fisioterapia profesional, incluyendo la hidroterapia, puede ser muy beneficiosa para los perros paralíticos, permitiéndoles moverse sin soportar su peso. Es importante contar con la supervisión de un profesional para realizar estas técnicas de forma segura.

¿Por qué un perro puede quedar paralítico?

La parálisis en perros puede tener diversas causas, siendo las más comunes los traumatismos y las enfermedades. Entre las enfermedades congénitas que pueden provocar parálisis en los caninos se encuentra la degeneración de los discos intervertebrales, especialmente en las extremidades posteriores. A medida que los lomitos envejecen, la membrana que rodea su médula espinal se va deteriorando, lo que resulta en la pérdida de movilidad.

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Por otro lado, existen enfermedades infecciosas como la rabia y el moquillo que también pueden causar parálisis y representan un grave peligro para la salud de los animales. Además, la presencia de tumores en el cuerpo del perro, especialmente en la espina dorsal, puede afectar su movilidad y provocar parálisis en las extremidades.

Las lesiones en el cuello o en la médula espinal, generalmente causadas por golpes fuertes o accidentes, son otra causa común de parálisis en los caninos. En estos casos, la parálisis suele ser permanente y puede afectar de manera significativa la calidad de vida del animal.

En caso de que tu perro presente síntomas de parálisis, es fundamental acudir de inmediato a un veterinario para obtener un diagnóstico preciso y establecer un tratamiento adecuado. La atención temprana puede marcar la diferencia en el pronóstico y la recuperación del animal.

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