El pez betta, también conocido como Betta splendens, es uno de los peces de agua dulce más populares en acuarios domésticos. Originario del sudeste asiático, especialmente de Tailandia, Camboya y Vietnam, este animal es famoso por su hermoso colorido y su naturaleza territorial. A pesar de ser resistente a ciertas condiciones de agua, estas criaturas son sensibles a los cambios de temperatura, especialmente a las bajas temperaturas que se presentan durante el invierno. Para mantenerlo saludable durante estos meses fríos, es crucial prestar atención a varios factores que influyen en su bienestar.
Los bettas, como todos los peces tropicales, requieren un ambiente cálido para prosperar. Si bien pueden tolerar una gama limitada de temperaturas, el frío extremo puede ralentizar su metabolismo, afectar su sistema inmunológico y ponerlos en riesgo de enfermedades. Igualmente, las fluctuaciones de temperatura pueden alterar su comportamiento y su capacidad para digerir los alimentos. En invierno, es importante hacer ajustes tanto en su dieta como en el entorno del tanque para asegurar que el animal se mantenga cómodo y saludable.
En esta ocasión, te proporcionaré algunos consejos prácticos sobre cómo cuidar a tu pez betta en invierno, enfocándome en la alimentación, el mantenimiento del tanque y la detección de posibles problemas de salud debido al frío.
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¿Qué debo hacer en invierno con mi pez betta?
A medida que bajan las temperaturas, el metabolismo de los peces betta se ralentiza, lo que afecta su apetito y capacidad de digestión. Para garantizar su bienestar durante el invierno, es importante adaptar la rutina de alimentación. Una de las estrategias más efectivas es reducir la frecuencia de las comidas.
En lugar de alimentar a tu betta diariamente, opta por ofrecerle comida 2 o 3 veces por semana. Esto evitará problemas como hinchazón, estreñimiento y acumulación de desechos no digeridos en el tanque. Por otra parte, es recomendable ofrecer comidas más pequeñas y en cantidades que el animal pueda consumir en 2 o 3 minutos.
Esto ayudará a evitar que los restos de comida no consumidos contaminen el agua del acuario. A medida que la temperatura del líquido disminuye, el apetito del betta también disminuirá, por lo que probablemente comerá menos de lo habitual. Asegúrate de que la cantidad sea apropiada para que pueda digerir correctamente.

Otra buena práctica durante el invierno es elegir manjares en tamaño mini, como los copos o pellets pequeños específicamente diseñados para bettas. Estos comestibles son más fáciles de digerir para los peces que tienden a volverse más letárgicos con el frío. Evita los pellets grandes o los alimentos liofilizados, ya que estos pueden ser difíciles de digerir.
Si decides ofrecer golosinas liofilizadas, remójalas en agua del tanque antes de dárselas a tu pez para facilitar su digestión. Recuerda no alimentar a tu betta exclusivamente con este tipo de alimentos, ya que carecen de la nutrición completa que necesita.
Por último, es importante evitar los alimentos vivos o congelados, ya que pueden contaminar rápidamente el agua, especialmente durante el invierno. Limita la dieta de tu betta a comestibles secos de alta calidad como los copos o pellets. Después de cada comida, retira cualquier resto para evitar que los desechos afecten la calidad del líquido del acuario.
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Los cuidados básicos de un pez betta
1. Ajuste de la configuración del tanque
Mantener el agua a la temperatura adecuada es vital durante el invierno, especialmente si no tienes un calentador de tanque. Utiliza un termómetro para vigilar que la temperatura se mantenga por encima de los 70 °F (21 °C). Si el líquido se enfría demasiado, el metabolismo de tu betta se ralentiza, lo que puede afectar su salud. Coloca la pecera lejos de corrientes frías, como ventanas o salidas de aire.
Al mismo tiempo, podrías considerar añadir un mini invernadero o un marco frío que ayude a conservar el calor. Recuerda también evitar abrir la tapa del tanque frecuentemente, ya que esto puede hacer que se escape el aire cálido. Los cambios de agua parciales con agua tibia también pueden ser útiles para mantener la temperatura adecuada.

2. Ubícalo en el lugar adecuado
El lugar donde ubiques el tanque es crucial durante el invierno. Asegúrate de colocar el acuario en una habitación cálida y sin corrientes de aire frío. Evita poner el tanque cerca de ventanas, paredes exteriores o rejillas de ventilación que puedan enfriar el agua rápidamente.
Es recomendable poner el tanque en un lugar elevado, como en un escritorio o mesa, en lugar de sobre el suelo, ya que el aislamiento térmico será mejor. Las ventanas orientadas al sur son ideales para proporcionar una fuente de calor suave, siempre y cuando la temperatura en ese lugar sea estable y cómoda para el pez.

3. Incorporación de aislamiento
El aislamiento adicional puede ser muy beneficioso durante los meses fríos. Colocar espuma o láminas de poliestireno debajo y alrededor del tanque puede ayudar a atrapar el calor y evitar fluctuaciones de temperatura. También puedes envolver los lados de la pecera con material aislante, asegurándote de dejar la ventana frontal del acuario libre para que el pez pueda ver.
Asimismo, las tablas flotantes de espuma dentro del tanque pueden ayudar a mantener el calor generado por la luz del tanque. En casos más extremos, un marco frío de invernadero puede ofrecer una protección adicional contra el frío y las corrientes de aire.

¿Cómo sé si mi pez betta está enfermo?
El frío del invierno puede afectar negativamente al sistema inmunológico de tu pez betta, haciéndolo más susceptible a enfermedades. Cuando la temperatura del agua baja demasiado, el animal no puede defenderse adecuadamente contra patógenos, lo que puede provocar infecciones como la podredumbre de las aletas, hongos o problemas en los ojos.
Además, la baja temperatura también puede causar letargo en el pez, lo que se traduce en pérdida de apetito y un metabolismo más lento. Si no se alimenta adecuadamente o no puede digerir los alimentos correctamente, es posible que experimente pérdida de peso.

Los signos de estreñimiento también pueden aumentar durante el invierno debido a la ralentización de la digestión. Si tu betta parece más inactivo de lo habitual, no come o presenta cambios en su apariencia (como manchas en sus aletas u ojos), puede estar enfermo.
Es fundamental que mantengas el ambiente del acuario cálido y limpio para evitar estos problemas de salud. Si notas síntomas de enfermedad, asegúrate de consultar a un veterinario para obtener el tratamiento adecuado.