PERROS

La historia detrás de la estatua de Hachiko, el perro que vigila una estación de tren en Tokio

Hachiko es un símbolo de amor y lealtad con una historia hermosa recordada por una estatua colocada en el representativo lugar donde el perro esperó a un dueño que nunca volvería por 10 años.

La historia de Hachiko y la estatua que recuerda la lealtad y el amor incondicional del perro.Créditos: Canvas
Escrito en TENDENCIAS el

Hachiko no solo es un perro que nos hizo llorar en la película del 2009 a lado de Richard Gere, su legado se encuentra en el ajetreado distrito de Shibuya en el centro de Tokio con una estatua de bronce que muestra la devoción y el cariño en la constante espera de un reencuentro que nunca ocurrió, con una hermosa historia que ha trascendido Japón y es un referente en el mundo de la lealtad canina.

Desde la muerte del reconocido perro en 1937, la figura de Hachiko es un símbolo de amor incondicional, con una estatua que ha permanecido intacta por 75 años gracias al respeto de la gente hacia el canino considerado el más fiel de todos los tiempos. Su importancia se ve reflejada cada año en su aniversario con la reunión de cientos de personas para homenajear su vida y acciones.

La historia es muy hermosa y digna de contar para todos los amantes de los animales, incluso aquellos que no simpatizan mucho o desconocen el amor incondicional que pueden ofrecer. Seguramente has visto referencias en series y películas, pero nada como conocer la vida y legado de Hachiko, considerado el más leal. 

Salen detalles inéditos de la estatua del perro Hachiko

La gran historia del perro más fiel del mundo comenzó el 10 de noviembre de 1923 con su nacimiento cerca de la ciudad de Odate, en la prefectura de Akita, lugar endémico de la raza. Fue adoptado en 1924 por el profesor Hidesaburo Ueno, un amante de los lomitos que encontró un amigo en su rutina diaria: cada mañana Hachiko acompañaba al profesor hasta la estación de Shibuya, permanecía en el lugar hasta su regreso para acompañarlo a casa.

Créditos: Canvas

Keita Matsui, el curador del museo, comentó para The Japan Times en el 2023 que el regreso del profesor a la estación del tren ponía feliz al perro al recibir mucho amor. La rutina se mantuvo hasta 1925, cuando una hemorragia cerebral terminó con la vida del hombre sin que Hachiko lo supiera. Durante los siguientes 10 años asistió a la misma estación del tren, a la misma hora, a la espera de un dueño que nunca regresaría.

La estación de Shibuya se convirtió en su segunda casa gracias a los empleados que primero lo vieron como un perro perdido, pero con el tiempo comprendieron la gran devoción mostrada al esperar diariamente a su dueño, alimentándolo y dándole refugio de las inclemencias. Poco tiempo bastó para que su historia trascendiera la prefectura.

Uno de los alumnos de Ueno, Hirokichi Saito, se enteró de la historia y decidió constatar por sí mismo. Al observar la devoción mostrada por Hachiko día con día, quedó fascinado y escribió diversos artículos que llamaron la atención de los medios locales, principalmente The Asahi Shimbun, que lo elevó a la categoría de héroe nacional como un símbolo de lealtad.

En abril de 1934 se colocó la histórica estatua de bronce frente a la estación de Shibuya hecha por Teru Ando. Un Hachiko viejo estuvo presente en la inauguración acompañando el espíritu festivo de cientos de personas conmovidas por su devoción. Sin flaquear un solo día, aun con sus patas debilitadas y su estado de salud deteriorado, el perro nunca dejó de visitar la estación hasta el triste 8 de marzo de 1935, cuando Hachiko fue hallado muerto en la calle cerca de la estación.

Créditos: Instagram @japonandmore

La estatua se mantuvo en el lugar hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando fue reciclada para obtener metal sin perder la devoción. El hijo del escultor original, Takeshi Ando, fue designado para recrear la escultura, desde entonces permanece en el sitio y la estación fue renombrada como "Hachiko-guchi", que quiere decir “La Entrada/Salida de Hachiko”. Otros monumentos se han develado para continuar con su hermoso legado, la última en el 2015 colocada en la Universidad de Tokio con Hachiko y al profesor Ueno juntos como si se hubieran reencontrado en la historia.