El pasado fin de semana, en el municipio de Tehuacán, Puebla, un grupo de vecinos realizó un valiente rescate al descubrir a un perro que había sido enterrado vivo en un terreno de la zona. De acuerdo con información extraoficial, la situación del lomito se reporta como grave, lo que ha generado preocupación entre los habitantes del área.
Los hechos ocurrieron en la Junta Auxiliar de Santa María Coapan, una localidad situada a aproximadamente dos horas y media de la capital poblana. Los vecinos, al enterarse de lo ocurrido, se unieron para realizar el rescate del perro, mostrando una gran solidaridad y compromiso hacia el bienestar animal.
A medida que se conocen más detalles sobre este triste incidente, la comunidad espera que las autoridades tomen cartas en el asunto para evitar que sucesos como este se repitan. A continuación, compartiré más información sobre lo sucedido y las acciones que se están tomando al respecto.
Un perro que fue enterrado vivo fue rescatado en Puebla
Los ladridos del perro fueron la señal que alertó a los residentes de la zona, quienes rápidamente comenzaron a investigar la procedencia de los sonidos. Su búsqueda los llevó hasta un predio donde encontraron al animal semi enterrado y cubierto con piedras. Tras liberarlo, el lomito fue trasladado a una clínica veterinaria, donde se encuentra en estado grave. Hasta el momento, no se ha logrado identificar a los responsables de este cruel acto.

Ahora bien, en febrero de este año, el Congreso del Estado de Puebla aprobó nuevas penas para quienes cometan actos de abuso hacia los animales. Las sanciones mínimas comienzan en cuatro años de prisión y pueden ascender hasta quince años en situaciones extremas, como el asesinato o casos de zoofilia.
En la Ley de Protección a los Animales de Puebla las penas se agravan en circunstancias específicas. Según el artículo 472 del Código Penal, las sanciones aumentan en un 50% si se prolonga innecesariamente la agonía del animal o si se utilizan métodos extremadamente crueles. Además, si el maltrato es grabado y difundido públicamente, las consecuencias legales son aún más severas.

Por otro lado, el artículo 473 establece penas que van de uno a cuatro años de prisión y multas que oscilan entre doscientos y cuatrocientos días de salario para quienes organicen o participen en peleas de perros, independientemente de si hay apuestas involucradas. Esto subraya la intención de erradicar prácticas violentas y abusivas contra los animales.
Respecto al robo de animales de compañía, las penas varían entre seis meses y dos años de prisión, además de multas que pueden alcanzar hasta doscientas cincuenta unidades de medida y actualización. Por último, el artículo 474 también contempla sanciones para quienes extorsionen a dueños solicitando un beneficio a cambio del regreso del animal robado, imponiendo penas adicionales que van desde uno hasta cuatro años de prisión junto con multas significativas.