Entre los tutores de gatos es una situación común que se acerque a pedir comida y, al ver sus ojitos vidriosos, no se puedan resistir y le ofrezcan un pedazo de carne. Si es tu caso, solo cuida que la porción que vaya a comer no tenga huesos, ya que pueden causarle graves problemas en su organismo.
Pruebas realizadas por especialistas señalan que el aparato digestivo de un gato puede descomponer los huesos, siempre y cuando sean blandos y frágiles, suavizados por una cocción previa y su sistema digestivo sea fuerte, generalmente cuando son jóvenes. No obstante, siempre existen riesgos de que pueda astillarse.
Los huesos que pueden causar problemas son como los tubulares, encontrados en animales como el pollo, que son propensos a astillarse y causar problemas en comparación con los planos, por ejemplo, el pescado. Por tanto, evita darle de comer huesos grandes, duros o que presenten grietas o imperfecciones. En caso de que ingiera uno, te decimos qué le puede pasar y qué hacer al respecto.
Lo que debes hacer si mi gato se comió un hueso
Al comer un hueso, el gato corre el riesgo de sufrir una asfixia al tapar sus vías respiratorias. Si llega al estómago, pero no se digiere correctamente, puede obstruir el intestino del gato. En el peor de los casos, los bordes afilados o astillados pueden producir una perforación intestinal, lo que conlleva una grave y mortal infección.

Si se come un hueso, mantenlo en observación las próximas 24 a 48 horas para notar síntomas de enfermedad u obstrucción como vómito, diarrea, letargo, dolor abdominal o pérdida del apetito. Cada gato puede reaccionar diferente, pero haya o no síntomas, se recomienda llamar al médico para obtener un asesoramiento y evaluar la situación.
Al llevarlo a consulta, brinda la mayor cantidad de información como el tipo, tamaño, procedencia y cocción del hueso. El especialista te indicará el procedimiento a seguir, normalmente es evaluarlo, pero en caso de notar alguna irregularidad, puede solicitar una radiografía u otras pruebas.
¿Qué cosas no debe comer un gato?
Su curiosidad puede llevarlos a comer distintas cosas, pero debes evitar que ingiera: huesos, pequeños objetos como trozos de goma, monedas, cuerdas e hilos, pedazos de tela o su propio pelo. En lo que respecta a los alimentos, evita a toda costa el chocolate, la cafeína, el alcohol, la cebolla, el ajo, los puerros, el hígado, la marihuana, los hongos, uvas, pasas y en ocasiones lácteos.

Es importante mantener estos objetos fuera del alcance del felino, pero en caso de que los coma, debes comunicarte con tu veterinario, quien te dirá qué hacer en caso de un problema.
En resumen, si le vas a dar carne al gato, cuida que sea preparada específicamente para él, así evitas ingredientes o condimentos dañinos. En segunda revisa que no tengan huesos. Es mejor tomarte unos segundos para estar seguro de que estar con la preocupación todo el día.