Prestar atención a los pequeños cambios en nuestras mascotas puede hacer la diferencia en la detección de enfermedades como lo es el síndrome de Cushing, el cual, sus síntomas suelen ser confundidos que el envejecimiento de los perros, pero pasarlo por alto podría repercutir fuertemente en su salud y calidad de vida.
Si no me crees, te contaré una historia: “Luna”, la querida mascota de un amigo tenía ocho años cuando comenzó a tomar más agua de lo normal y necesitaba salir a hacer sus necesidades con mayor frecuencia. “Es la edad”, pensó él para tranquilizarse, pero algo no andaba bien.
De un día para otro notó que su pelaje era menos denso, especialmente en su lomo y su abdomen parecía más redondeado, como si hubiera subido de peso repentinamente; y aunque aún era muy cariñosa, se fatigaba mucho más rápido y fue cuando mi amigo decidió acudir al veterinario y le dieron un diagnóstico que no esperaba: síndrome de Cushing.
¿Qué es el síndrome de Cushing en perros?
El síndrome de Cushing es una enfermedad que se produce cuando el cuerpo de un perro produce demasiado una hormona llamada cortisol, la cual, es producida y almacenada por las glándulas suprarrenales, dos pequeñas glándulas que se encuentran en la parte superior de los riñones.
Mi amigo al escuchar el diagnóstico no pudo entender del todo de qué se trata, pero el veterinario de “Luna” se lo explicó con palabras más entendibles. Este síndrome es como si el cuerpo de la mascota pensara que siempre está en una emergencia y el cortisol es una sustancia que les ayuda a manejar emociones como el estrés, pero con este padecimiento, su fábrica de cortisol se produce en exceso, como si estuviera trabajando sin parar.

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Cuando hay demasiado cortisol en el cuerpo pasan muchas cosas extrañas como empezar a tener mucha sed, querer ir al baño a cada rato, comer más de lo normal y eso puede hacer que la pancita de los lomitos se vea más grande de lo usual. Además, los hace perder pelo, especialmente en su espalda y parecen más cansados o débiles.
Síntomas del síndrome de Cushing: ¿Cómo identificarlo?
El síndrome de Cushing suele afectar a perros de mediana a mayor edad, por ello es muy fácil confundir sus síntomas con el envejecimiento normal. Sin embargo, existen algunos síntomas que pueden ayudarte a identificar la enfermedad para tener una detección temprana:
- Aumento de la sed
- Aumento del apetito
- Reducción de la actividad física
- Jadeo excesivo
- Pérdida de pelo y piel delicada
- Infecciones en la piel recurrentes
- Abultamiento en el abdomen

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¿Qué tan peligroso es el síndrome de Cushing?
El síndrome de Cushing puede llegar a ser muy peligroso si no se detecta a tiempo; esto porque puede provocar afecciones graves como infecciones urinarias, enfermedades cardiacas, crisis respiratorias o problemas pancreáticos que podrían provocar el fallecimiento del perro. Sin embargo, cuando se perciben los síntomas de manera oportuna, los veterinarios pueden tratarlo con fármacos o cirugías que mejoren la calidad de vida de las mascotas y prolongar su esperanza de vida.
Aunque el síndrome de Cushing es un diagnóstico que nadie quiere escuchar que tiene su perro, lo cierto es que el actuar rápido puede marcar un antes y un después en la vida de tu mascota. Así como mi amigo sintió que algo no andaba bien con “Luna” y no se trataba de un envejecimiento normal, tú también puedes estar alerta de esta enfermedad para evitarla a toda costa.