Un perro sí puede comer pollo, así que te hablaremos sobre las partes más importantes que no puede consumir dentro de su alimentación para no perjudicar su salud. ¿Por qué? Porque hay partes concretas de este alimento que les pueden provocar problemas en las encías, los dientes y el tracto digestivo, así que te invitamos a leer la siguiente información.
Existen muchos beneficios de que un perro coma pollo y son nutrientes esenciales como las proteínas, vitaminas y minerales que mejoran todo su organismo. Por ejemplo, se fortalecerá su sistema inmune, mejorará la calidad de su piel y su pelaje, podrá fortalecer sus músculos, mejorar el sistema digestivo y proteger su corazón.
Al ser un carnívoro facultativo, puede ingerir sin ningún problema este tipo de alimento, ya que necesitan una comida equilibrada. Esto quiere decir puede comer tanto carne como verduras y frutas, pero necesita haber un equilibro entre estos alimentos, pero ¿cuáles son las partes del pollo que se tienen que evitar al momento de alimentar a un perro?
¿Qué partes del pollo no debes darle a tu perro?
Los huesos, cuello, pico y alas son las partes que los perros no pueden comer del pollo. Aquí surge la pregunta: ¿no se supone que pueden comer este alimento? Empecemos por partes. En primer lugar, la esperanza de vida de un perro ha mejorado con los años porque el alimento que ingieren es de calidad, es decir, no está crudo o en descomposición y es especialmente preparado para su especie.

Si estuviera en la calle comería de todo para sobrevivir, pero en casa siempre hay que evitar los huesos, el cuello y el pico. Lo que pueden sufrir es asfixia, heridas en la mucosa de la piel de su boca o perforaciones en el esófago. Si los huesos se encuentran duros por estar cocidos estos se parten en astillas al momento de ser mordidos, y estas astillas les provocarán serías heridas, y esto aplica con el cuello y el pico.
Otra de las partes que nunca le debes de dar a comer a tu perro es la piel de pollo. Esta parte del animal contiene mucha grasa, así que puede provocarle problemas de peso, inflamaciones estomacales o digestivos. En pocas palabras, estará recibiendo grandes cantidades de colesterol y grasa insaturada, y estas afecciones se pueden ver al instante o a largo plazo.

¿Mi perro come huesos?
Existe un debate sobre qué tan bueno es que un perro coma huesos de pollo. Algunos expertos consideran que los huesos crudos son menos duros que los cocidos y que conservan mucho mejor sus nutrientes, pero pueden contraer alguna infección por las bacterias de la carne cruda.
La recomendación a esto es cocer los huesos, pero surge otra contradicción y es que se ponen más duros que antes y al partirse el perro no los puede morder tan fácilmente, y las astillas se pueden atorar en su mandíbula o provocar heridas internas. Así que, la recomendación es evitar no darles hueso de pollo de momento.
Lo primero que tienes que hacer para saber si tu perro puede comer pollo es acudir con el veterinario. Él te podrá aclarar mucho mejor los beneficios y consecuencias sobre el consumo de este alimento en la dieta de tu mascota. ¡De momento ya sabes cuáles son las partes de pollo que un perro no puede comer!