Cuando el hambre ataca, el gatito es capaz de subirse a muebles y buscar comida para satisfacer sus necesidades. En su búsqueda, se puede encontrar con alimentode perro. Hay un debate si no pasa nada en que lo coma y quién dice que no debería pasar por nada del mundo. Hoy descubrimos cómo afecta al michito.
Para que la comida de gato sea buena, debe contener proteínas y una cantidad considerable de aminoácidos, mismos que no pueden ser producidos por el felino. En caso de los lomitos, no tolera bien las proteínas, lo que requiere que su alimento tenga una mayor cantidad de hidratos de carbono (cereales).
De acuerdo con datos del INEGI del 2021, el 86% de los dueños de perros y gatos combinan la comida humana con croquetas, de ellos el 63% les han dado premios para mejorar el sabor. El 12 % de las personas confían plenamente en las croquetas. En ambos grupos puede darse la mezcla de las mismas con las de perro, pero no es la mejor ideal.
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¿Qué pasa si el gato se come la comida de perro?
Puede darse el caso que, si se vive en un mismo espacio con un gato y perro, el felino busque comida por diferentes motivos como el experimentar algo nuevo, aburrimiento, o porque carece de la misma en su plato. Incluso hay veces en que comparten comida por la poca solvencia económica que se tiene.
De acuerdo con la opinión veterinaria experta, el gato no debe de consumir comida de perro. Las formulaciones cuentan con ingredientes y proporciones adecuados para cada especie. Al momento de consumirla a largo plazo, puede presentar problemas como vómito, diarrea y caída de pejale.
Es importante señalar que si se da la situación en contadas ocasiones o por error, no hay mayor problema, pero de continuar con la ingesta, el gato podría pasar a un estado grave de salud.
¿Cómo hacer para que el gato no se coma la comida del perro?
Si quieres evitar que tu gato y el perro compartan comida y las implicaciones mencionadas, te compartimos algunos consejos que evitan que tu gato pueda ingerir la croquetas del lomito, incluso que continúa haciéndolo cuando no es supervisado.
- Coloca su comida en áreas separadas.
- Aliméntalos a diferentes horarios.
- Coloca comederos elevados.
- Supervisa la comida de cada uno.
- Mantén la comida del perro fuera del alcance del gato.
Siguiendo estos consejos, no solo evitarás que tu gato pueda ingerir alimento que podría causarle más daño que beneficio, además frenarás la molestia de uno con otro y posible riña y lucha por el alimento. Cuida a ambos designando comida y espacio para cada uno.
Se puede dar el caso que una vez el gato pruebe la comida del perro, pero hacerlo en repetidas ocasiones desencadenará problemas de salud en el michito. Evítalo separando su alimento. Síguenos en nuestra página de Facebook para conocer más información de tus mascotas.