Es importante saber qué no es bueno humanizar a una mascota, es decir, tratar a los animales como si fueran personas, porque trae consigo riesgos graves que en el futuro hará que se de una mala convivencia. Estos conflictos pueden perjudicar a todos los miembros de la familia, así que te diremos qué tienes que hacer para evitar todo esto y que exista un buen equilibro entre el dueño y el animal.

Sí, es bueno tener una buena relación con una mascota, no importa que este sea un perro o un gato. La relación entre los animales y las personas son beneficiosas, pero esto tiene que empezar primero con un entrenamiento y un adiestramiento hacia los dos. Así el dueño puede saber cómo comportarse cuando también conviva con la mascota.

Sin embargo, ¿qué significa humanizar a un perro? El Hospital Veterinario de Austrias comparte que significa darle “características que no corresponden a su especie, sino a la humana. Es decir, tratarlos y obligarlos a comportarse como si fueran personas”. Por ejemplo, vestirlos, darles de comer alimento de personas o sentarlos en la mesa, hablarles con tonos inapropiados para su especie y sobreprotegerlos.

La razón por la que no debes humanizar a tu mascota

El humanizar a una mascota puede traer muchos problemas que afecten su propio comportamiento como animal y la relación que existen entre los dos con el mundo exterior. Esto puede empezar desde una confusión en el cambio de papeles, porque el animal entenderá que es mejor comportarse como le indican a seguir su propio instinto, es decir, no sabrá cómo se tiene que comportar si es un perro o si es un gato.

Créditos: Canva.

Otra de las consecuencias de humanizar a la mascota es que no respetará los límites que hay con su dueño y las personas que le rodeen. Dentro del mundo animal hay jerarquías que se tienen que respetar, por lo tanto, el humano será el líder de la manada, y sí, puede ser amigable, pero debe de indicar que es superior al mismo tiempo.

A lo anterior se suma los problemas de salud que puede tener un animal, por ejemplo: puede tener deficiencias nutricionales por comer comida que no especial para su especie. Puede tener problemas de articulaciones si todo el tiempo es cargado y al final, tendrá problemas emocionales y de seguridad. No sabrá cómo actuar sin la presencia de su dueño ni cómo interactuar con los de su especie.

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¿Cómo hablarle a tu mascota?

Un dueño siempre puede hablarle de manera cariñosa a un perro, porque entre más se haga, más pueden entender nuestro vocabulario, pero hay modos, formas y tiempos para dirigirse a una mascota en todo el transcurso del día. Por ejemplo, cuando hace algo mal el tono de voz tiene que ser firme, seguro y fuerte; no se le debe de gritar o castigar de manera psicológica ni retirar sus alimentos.

El tono de voz para entrenarlo también será firme y muy seguro, pero siempre con frases pequeñas y fáciles de entender. Al final, el tono de voz para interactuar puede ser tranquilo y alegre, pero no amenazante, ya que ellos perciben nuestros cambios de humor con el tono de la voz que usamos.

Recuerda que es malo humanizar a una mascota y que no debes de tratar a tu perro o gato como a las personas, y que puedes acudir con un experto en cualquier momento para que te instruya sobre la forma correcta de tratar a tu compañero peludo.