Cada persona tiene una relación significativa con su perro al compartir un mismo espacio diario con interacciones familiares para ambos, acercándonos más a conocer sus sentimientos en diversas situaciones y sobre todo cómo responden a esos estímulos. De una manera general, la mayoría de los caninos actúan positivamente al vernos o estar con nosotros, o por lo menos eso percibimos, no obstante se ha determinado algunas señales universales de amor.
La respuesta a los comportamientos viene desde la domesticación de los perros hace más de 15 mil años donde se ha desarrollado una conexión emocional y comunicativa entre ambos, así lo apunta estudio realizado en la Universidad de Emory, en Estados Unidos, al mostrar cómo se ilumina el centro de recompensa de su cerebro al oler a sus dueños, debido al condicionamiento de emociones positivas.
Otra de las acciones que comúnmente vemos en nuestros amigos es “la cara de culpa” cuando regañas al canino, pero no quiere decir que se encuentre arrepentido, sino que responde adaptando sus sentimientos a los tuyos para mantener la armonía del hogar, así lo apuntó un estudio del Barnard College que confirma el entendimiento de tus emociones. Ahora nosotros debemos entender los que nos intenta transmitir.
¿Cómo saber qué siente por ti tu perro?
El comportamiento habitual del perro marca los sentimientos por sus dueños con muestras de afecto visibles, siendo una de las más populares el movimiento de la cola asociado como un indicador de felicidad, solo hay que ver en qué dirección se mueve. Se ha definido la inclinación a la derecha como muestra positiva de afecto o energía, mientras a la izquierda o posición baja denota incomodidad o alerta.

La postura expresa la comunicación no verbal con claros indicios de felicidad y amor cuando tiene los ojos entrecerrados, la boca ligeramente abierta acompañados por las orejas erguidas, demostrando que se encuentra a gusto a tu lado y puede estar relajado. Si presenta rigidez en el cuerpo y tiene la cabeza baja, puede tener sentimientos de estrés y miedo.
Una de las señales que representan el amor que los humanos y los perros comparten es la acción de acostarse en la barriga de las personas en busca de un contacto físico que demuestra el vínculo emocional establecido y que tan cómodo se siente con la relación. Normalmente las mascotas que gozan de una conexión estrecha con las personas se les puede ver muy cerca o sobre ellas en los momentos de mayor calma.

La cercanía con los perros y el gran amor que tienen para ofrecer no se construye de la noche a la mañana, requiere una gran interacción de ambas partes, guiada por la asimilación de sentimientos captados por las mascotas. Entre los más comunes se encuentra el entusiasmo y las ganas de convivir con él, así que si responde de una manera positiva y detona una gran carga de energía y la curiosidad constante, es seguro que no solo se sienta cómodo contigo, también siente una gran felicidad.